El laberinto sentimental

En su obra El laberinto sentimental, José Antonio Marina enarbola sorprendentemente la posibilidad de establecer una ciencia de los sentimientos, sin llegar a meterlos en una vitrina. Los sentimientos, como mensajes ocultos, nos están hablando de los hilos que mueven nuestro corazón, las andanadas del alma. Un sentimiento nos indiza el camino de nuestra personalidad. Todos los asuntos más importantes de la psicología se centran en este tema: el deseo, los proyectos, el conocimiento, el carácter, la acción. Por tanto, la ciencia de los sentimientos es también una ciencia pragmática. Los hombres siempre han intentado mejorar su estado afectivo. Está en el orden vital, pero no siempre llega a ser conveniente. Intentando estudiar la vida emocional, José Antonio Marina, resuelve haber encontrado los orígenes de la ética, que viene a ser, la inteligencia colocada al servicio de la afectividad.

Nos dice: Somos inteligentes emocionales. Nada nos interesa más que los sentimientos, porque en ellos consiste la felicidad o la desdicha. Actuamos para mantener un estado de ánimo, para cambiarlo, para conseguirlo...