Cuentos murcianos de ayer y de hoy

Cuentos murcianos de ayer y de hoy recoge veinte relatos cortos, de muy variada característica, pero que tiene en común motivaciones murcianas como tema, ya sea por los personajes, por el paisaje, o la peripecia del relato.

Estos son:
El gusano de seda, por Andrés Blanco; Taumaturgia, por Andrés Cegarra; Ar que se muere, lo antierran, que los que quean ya s’apañaran, por Pedro Díaz Cassou; El picardo Juan González o La justicia a palo seco, por José Frutos Baeza; El último mudarra, por Justo García Soriano; Con oro no hay que falle, por Pedro Jara Carrillo; El nazareno, por Enrique Martí; ¡Viva Santa Barbara!, por Luis Orts; La voz de la sangre, por Mariano Ruiz-Funes; La pena del Talion, por Dionisio Sierra; El arca sin ventana, por Francisco Alemán Sainz; Lejos, muy lejos, a un día, por Carmen Conde; El recuerdo ondulante, por Manuel Fernández-Delgado Marín-Baldo; El devalido fantasma del barrio de San Antolín, por Juan García Abellán; Cebo para un endemoniado, por Salvador García Jiménez; Ajusticiado, por Carmelo M. Lozano; Diospyros K., por Alfonso Martínez-Mena; El album, por Asensio Sáez; Por error, sin omisión, por Salvador Salazar; Balada para una zagala, por Antonio Segado del Olmo.