El sillón malva de Ramón Mayrata es una novela sobre el ocultamiento de la perplejidad, en la vida y por tanto en el arte y sus relaciones. Transcurre en un presente que el autor enmascara para evitar paralelismos que el lector pueda evidenciar fácilmente y así desvincularse, por caminos inventados, ajenos a la intención del autor.
Según palabras de Mayrata, los personajes de esta novela producen ternura, incluyendo los más pérfidos. Podemos pensar con melancolía en Caracach, que intenta esconderse de Celma, un productor insistente que le obliga a enfrentarse con sus fantasmas. En Doña Lola que descubre las cualidades de los hombre en un fabuloso sillón malva. En Santos Luna, el censor que intenta la consagración de lo infame. En Petra, la roquera punk de los senos hermosos. En María Helena. En el hombre que lloró al ver cómo caía el muro de Berlín. En muchos otros personajes que nos provocan la visión del mundo como un deshecho, que debe ser transformado de alguna manera. No contentándonos con el divertimento que sentimos al observar al ser humano. A algunos.
