Un superviviente, una magnífica obra escrita en la clandestinidad, del testimonio del Holcausto y la ocupación nazi.
Moriz Scheyer, judío de Austria, escribió en 1943 este texto, escondido en un convento francés, sobre la peripecia de su persecución.
El autor era un importante periodista literario y editor en Viena; formaba parte de círculos intelectuales junto a figuras como Roht, Mahler, Schnitzler, y mantuvo una gran amistad con Stefan Zweig.
En este maravilloso testimonio, emotivo y crítico al tiempo, Scheyer hace un recuento de sus experiencias durante la guerra, su exilio en Paris justo antes de la ocupación nazi, su paso por un campo de concentración, su contacto con la Resistencia y su vida clandestina en un asilo para enfermas mentales a cargo de una congregación de monjas franciscanas.
No solo este testimonio constituye una peripecia angustiosa y agitada de la vida del Scheyer, también el propio texto sufrió este destino. En 1949, tras la muerte de Moriz Scheyer, su hijastro, Konrad Singer, disgustado por la denuncia genérica que hace el libro a todo el pueblo alemán, lo destruyó, o eso creía él. En una mundanza, los hijos de Singer encontraron una copia en papel carbón del texto, guardado en una carpeta que llevaba la dirección de la primera esposa de Stefan Zweig en América. Había sobrevivido a la destrucción y de manera milagrosa llega a nosotros.
