Este estudio sobre El enigma de la Gran Pirámide aporta visiones precisas en puntos donde la charlatanería, el misticismo han provocado tales pasiones que han despertado una psicosis contagiosa.
Estos monumentos antiguos, maravilla de la humanidad, han despertado desde siglos curiosidad en el hombre. Ya los griegos y romanos, hablaron de ella, y posteriormente los viajeros occidentales hicieron prolijas descripciones de las pirámides, que desembocó en expediciones a Egipto para recoger datos y estudiarlas concienzudamente.
Las pirámides han sido también saqueadas a lo largo de su historia, pero fue después de la invasión árabe cuando sufrieron mayores agresiones, como ejemplo, el robo del ornamento de las dos grandes pirámides de Gizeh, cuyos bloques estaban revestidos de jeroglíficos.
Esta obra se centra sobre todo en la Gran Pirámide de Gizeh, que curiosamente se encuentra en la misma latitud que las de América, lo que podría corroborar la teoría de Wegener de la deriva de los continentes, y sería una justificación para confirmar la idea de Platón acerca de la existencia de la Atlántida.
Este libro es interesante entre otras cosas por rebatir las dos tendencias, encontradas entre sí, sobre los conocimientos científicos de los antiguos egipcios. Mientras que para unos estaban más avanzados de lo que correspondería a su época, y esto era inspirado por la divinidad o seres superiores, de tal manera que las pirámides serían como una Biblia en donde está escrito el pasado, presente y futuro, para otros sus conocimientos técnicos eran casi inexistentes.
Este trabajo comienza con la descripción de la Gran Pirámide, continua con los principales resúmenes de los textos de autores antiguos, árabes y modernos. Pasa a estudiar el tema de la finalidad de la Gran Pirámide, con sus diferentes teorías, tanto místicas, como matemáticas.
Un estudio de siete años, que concluye con un ensayo histórico sobre esta maravilla, desde su construcción hasta nuestros días.
